En la sesión del día jueves 2 de Junio, el Concejo Municipal de la ciudad de Rafaela declaró de Interés Municipal la muestra fotográfica «LA CIUDAD Y EL AUTOMÓVIL» mediante la Resolución N°2.127.
Felicitaciones a todos los que hicieron posible esta iniciativa, que esperamos sea un aporte más a la memoria y el patrimonio de nuestra ciudad.
El automóvil había llegado para quedarse y tenía un lugar asegurado en aquellas casas que mostraban orgullosas su incorporación como parte del equipamiento familiar, como adquisición de valor y estatus social. Así como había casas importantes y lujosas, había autos que estaban fabricados para ese idéntico mercado y tenían entre ambos una notable correspondencia. La poética de la arquitectura muchas veces tuvo que ver con la del automóvil y no solo fue una cuestión económica la que establecía esos diálogos sino la del diseño y el estilo.
Pero con el correr del siglo XX el espíritu de los tiempos fue cambiando, las arquitecturas fueron cambiando, la ciudad fue cambiando y el automóvil fue cambiando, las respuestas fueron distintas entre los autos europeos de post-guerra al de los americanos. Unos fueron creados en cierta abundancia para los ganadores de la contienda y los otros para los perdedores de la misma, que en definitiva fueron todos los países europeos ya que fue su territorio el escenario de las batallas de la guerra.
Los grandes y lujosos botes americanos contrastaron con los pequeños y económicos utilitarios del viejo continente, que con otra realidad también construyeron a partir de entonces otros tipos de autos deportivos siguiendo ideales diferentes promocionando una capacidad que aún poseen.
La década de los sesenta fue una pulseada de estos dos mundos mecánicos y también arquitectónicos, el mundo moderno se había instalado definitivamente y su escala de valores imponía otras respuestas, las necesidades eran diferentes, y el de las casas fue el pragmatismo el que tomó la posta y en el automóvil un poco sucedió algo parecido también. Todo comenzó a ser más pequeño, el diseño puso énfasis en otras inquietudes y los resultados, siempre paralelos, empezaron a ser distintos.
La década del setenta y ochenta los antagonismos empiezan a desaparecer y el diseño europeo ahora con la bonanza económica empieza a marcar rumbos y en los años noventa se suman las marcas asiáticas con las que el automóvil de producción alcanza en gran variedad de gamas y tipos. Se alcanza una cierta apoteosis, que no será un techo, por que la tecnología nunca se detiene y el diseño tampoco. Las arquitecturas también cambian y se instalan las tendencias que ahora son mundiales, más mundiales que nunca quizás, mas eficientes, y seguramente más bellas.
La muestra evoca aquellos modelos de autos que se usaron en distintas épocas en esta ciudad frente a las casas que se construyeron en aproximadamente en esos mismos años. Algunos encuentran en la imagen una armonía llamativa de lenguaje, colores y líneas, en otros, en algunas resoluciones historicistas se abrió un ángulo de desencuentro plástico, aunque finalmente es la calidad de ambos lo que ha provocado una resultante sorprendente para un final de excelencia.