Este año la consigna es poner el foco en el compromiso de los arquitectos en cuidar los recursos naturales del planeta, utilizar los recursos que se encuentran a nivel local de manera innovadora y sencilla.
Es sabido que los modelos de urbanización condicionan de manera decisiva el consumo de recursos y la emisión de residuos; los edificios y las ciudades representan un porcentaje nada desdeñable en el cómputo de esos parámetros. Los arquitectos en su condición de urbanistas y proyectistas de edificios ejercen una gama de actividades que inciden de modo directo en factores determinantes de la habitabilidad, entre los que se encuentra el clima.